LA CREACION Y LA EVOLUCION SEGÚN LOS PRINCIPIOS DE LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA

LA CREACIÓN Y LA EVOLUCIÓN SEGÚN LOS PRINCIPIOS DE LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA 

Pretendo, a través de estas reflexiones, demostrar que la MTCH. se sostiene en la ley de la relatividad (no poseemos la verdad absoluta) y consecuentemente debemos tener la mente abierta a cualquier aporte dirigido a estimular su búsqueda. 
Hace unos meses, dando clase de Acupuntura Bioenergética a los alumnos del Máster de Medicina Natural de la Universidad de Santiago de Compostela, hablando sobre lo que la MTCh. denomina la energía Yuan o Creadora o soplo de vida capaz de transformar lo inerte en animado, generando los denominados patrones básicos sensoriales o los “Cinco Reinos Mutantes”, en terminología tradicional, una de las alumnas no pudo contener la risa por lo que ella consideraba un “cuento chino”. 
Lógicamente no era el momento oportuno para hacer un debate sobre el tema y mi respuesta fue que lo que pretendía trasmitir eran las bases de la Medicina China fundamentada en postulados muy diferentes a lo que habitualmente se estudian en las carreras sanitarias en occidente.
Llevo cuarenta años impartiendo esa clase a sectores sanitarios formados en la ortodoxia académica occidental y aunque no aparece frecuentemente un ataque de risa como la esta alumna, es muy habitual encontrarte con expresiones claramente escépticas. 
Según van avanzando los alumnos en el conocimiento, a través de la fisiología comparada con argumentos biofísícos, esa sensación de incredulidad se va trasformando y las sonrisas sarcásticas se convierten en risas de satisfacción y un interés creciente por el tema. 
En Portugal, dando clase a un grupo de médicos, en la Universidad Fernando Pessoa, un eminente neurólogo, ya avanzado el primer año de Bioenergética, se me acercó y confidencialmente me dijo: “realmente esto no es una «brincadeira», es mucho más profundo de lo que en principio se cree“. 
Doy las gracias a esta alumna del Master porque me ha estimulado a buscar aún más argumentos que los meramente biofísicos (no fueron suficientes), que sean capaces de evitar esa situación de escepticismo. Me ha dado tarea pues he tenido que profundizar en el campo de la física quántica y la filosofía occidental, comúnmente aceptada en nuestro entorno y buscar nexos comparativos con la oriental que es la que nosotros estudiamos a través del Taoísmo. 
ASPECTOS CIENTÍFICOS. 
Una nueva Revolución científica se está fraguando, probablemente no tenga nombre propio como las anteriores de Newton y Einstein. Tendrá el nombre de algún principio físico relacionado con el concepto holístico que elegirán un grupo de científicos post Einstianos. Aportarán hechos y evidencias irrefutables que prueben que el ser humano es algo más que un montón de células ensambladas en tejidos y regidas por las leyes básicas de la física y la bilogía actuales (1) (1) El campo – Lynne Mctaggart – Editorial Sirio – Barcelona 2012
Hasta hoy en día la física y la biología siguen esencialmente las pautas propuestas, en el siglo XVII, por Newton que `propone una visión mecanicista en donde los entes son independientes y aislados unos de otros. Describió un mundo en el que las partículas de materia seguían unas leyes dinámicas a través del tiempo y el espacio. 
Descartes situó al hombre fuera del Universo como observador. El mundo estaba compuesto por una serie de objetos que se comportaban de una manera previsible de acuerdo a unas leyes físicas descritas por Newton. El devenir de los acontecimientos seguiría adelante tanto si nosotros estábamos como si no, El ser humano no tenía destino en el Universo, ni arte ni parte en el Proyecto Cósmico. 
Descartes y Newton, como una afinada flauta de Amelín, separaron a Dios y a nosotros (como centro de nuestro mundo) del mundo de la materia, negando el destino del hombre conectado al UNO (origen de la materia y la energía ) o Inteligencia Universal, o como posteriormente denominaron los atomistas: El Principio Universal Primario, o Singularidad Inicial. Ese destino es hacer partícipe al hombre (el único ente que sabe que existe) en el Proceso Creativo. Como comenta Danah Zohar en The Quantum Self, nos desgarraron del Tejido Universal. Arrancaron el Corazón y el Alma del Universo, dejando, tras su paso, una colección de objetos materiales regidos por unas determinadas leyes físicas. 
Es curioso como muchos hombres de ciencia a nivel académico y probablemente para mantener el tipo dentro del sistema, sostenían un discurso diferente en los foros y aulas públicas y lo que luego manifestaban en sus círculos íntimos. Relata Richard W. de Han, que en una ocasión, Isaac Newton fue visitado en su casa por un amigo ateo con el deseo de conocer el famoso planetario que había construido Isaac. Consistía dicho artilugio en una esfera central que representaba el Sol, de esa esfera central partían unas varillas de diferentes longitudes que, en sus extremos, sostenían otras esferas de diferentes diámetros que representaban el sistema planetario solar; todo ello conectado a través de diversos engranajes, correas de trasmisión y diferentes mecanismos que hacían que aquello funcionara como un reloj de precisión. 
El amigo, maravillado por el genial mecanismo, le pregunto, impactado por el invento, que quien lo había hecho, a lo que Newton contestó que nadie, sin levantar la mirada del libro que estaba leyendo. ¿Cómo que nadie? Inquirió el amigo. Eso mismo, ¡nadie¡. Todas estas esferas, ruedas, correas y diversos mecanismos se juntaron por el azar y como por arte de magia comenzaron a girar en su órbita y a la velocidad exacta y precisa. 
El incrédulo captó el mensaje. Era una insensatez el decir que la maqueta había surgido de forma accidental. De Haan concluye que aún es más insensato aceptar que el Universo (la Tierra y el Cielo) son obra de la casualidad. 
En la actualidad son muchos los que si quieren progresar en el entorno académico y científico tienen que hacer abstracción de sus posibles creencias en un ser superior, una inteligencia universal o un Dios. Cuando alcanzan la meta social procurada algunos no tienen reparo en manifestar esos sentimientos profundos que están en el alma de los hombres. 
Merril C. Tenney en su obra titulada Nuestro Nuevo Testamento, dice que afirmar que un mundo tan complejo como el que habitamos es fruto del azar es tan ilógico como decir que los dramas de Shakespeare fueron compuestos por unos monos que jugueteaban en una imprenta. 
Lord Kelvin científico inglés conocido por sus trabajos sobre la segunda ley de la termodinámica y la escala absoluta de temperaturas, comentó: ciertamente el inicio de la vida en la Tierra no se debe a ningún fenómeno químico o eléctrico, ni a ninguna agrupación cristalina de moléculas. Debemos de detenernos a contemplar cara a cara el misterio y el milagro de la Creación de los seres vivientes. 
El premio Nobel de física Dr. Arthur Compton manifestó; Un universo que se despliega lleno de orden ante nuestros ojos, corrobora la autenticidad de la afirmación más majestuosa que se haya hecho jamás.
Robert Millikan, premio Nobel de física, comentó: Detrás de todo reloj, tuvo que haber un relojero; asimismo, detrás de la intrincada precisión del Universo, ¡tuvo que haber un Dios Planificador y Creador¡. Todos estos grandes hombres de ciencia probablemente hicieron estos comentarios en el apogeo y reconocimiento de su labor científica y no antes en que hubiesen sido criticados y marginados. 
El propio Stephen Hawking que se declara ateo, sin embargo saltó a la fama, en los años 70, con los teoremas de la singularidad en donde implícitamente reconocía la existía de una singularidad inicial origen de materia y energía. 
Indefectiblemente surgió la teoría evolutiva de Darwin como el culmen de la separación del hombre del Proyecto Universal. Dawin nos habla de una vida formada a partir de un principio aleatorio matemática y prácticamente imposible “un accidente biológico“. Nos da una visión de hombre depredador “comer o ser comido“. De tener que ser el mejor para sobrevivir, es un terrorista genético que elimina a lo más débiles. (los diez mil seres) La vida no es compartir, es ganar y ser el primero. ¿a dónde?. Es la esencia del Nacismo. 
El hombre como máquina superviviente y altamente competitiva ha cumplido con DOS de los TRES MANDATOS en el gasto jerárquico: Supervivencia, Procreación y aún le queda llegar al tercero que es el Conocimiento. Como reza el Génesis: creced, multiplicaros y subyugar la Tierra. El materialismo evolutivo se han olvidado de quien dictó el Mandato y con qué fin; ese es el Gran Conocimiento. 
El pequeño conocimiento ha creado un Mundo altamente tecnificado, tenemos coches, televisión, ordenadores…confundiendo ciencia con tecnología. 
La verdadera sabiduría no es la capacidad para crear este tipo de inventos que llevan indefectiblemente a la enfermedad y la autodestrucción, sino que, al igual que los antiguos sabios médicos y sacerdotes de la corte del Emperador Amarillo, entender que la salud del cuerpo físico (médico) y del alma (sacerdote) precisa del Gran Conocimiento (sabio). Daríamos todos nuestros bienes por solo un día más de vida. 
Aquellos grandes sabios eran Astrólogos, Astrónomos, Geólogos conocían las Leyes del Cielo y la Tierra, vivían más en sintonía con el Uno y por lo tanto tenían más salud y vitalidad. Como describe el Nejing, (uno de los libros de medicina más antiguo que se conocen): el Emperador Huang Ti le pregunta al médico, sacerdote y sabio Ki Pa por la salud de su pueblo diciendo “que es lo que le pasa a nuestro pueblo que llegado los cien años han perdido vitalidad,” a lo que Ki Pa responde diciendo que “muchos se habían olvidado de vivir en consonancia con las leyes de la naturaleza”. Huang Ti le comenta “tendremos que volver a hacer lo que hacían nuestros antepasados que podían ver y oír cosas que nosotros ya no apreciamos”. 
La puesta en escena de la física quántica removió y asustó enormemente el tejido tecnológico y materialista pues ello suponía un cambio de mentalidad en donde todo empezaba a ser interdependiente y cohesionado a través de la energía. Las partículas subatómicas, implicadas en cualquier proceso biofísico o bioquímico no tienen sentido ni actividad aisladas del medio geocósmico, pues solo puedan dar y recibir energías de tipo fotoelectromagnético, lo que demuestra su indisoluble relación con el medio (CIELO Y LA TIERRA). La materia no puede ser dividida en pequeñas unidades autocontenidas, sino que es completamente indivisible. Las partículas más pequeñas de la materia ni siquiera eran materia ya que unas vece eran partículas y otras onda energética o ambas cosas a la vez. 
Los físicos que entraron en el campo quántico tuvieron que recurrir a la filosofía y la metafísica para poder entender lo que estaban viendo; una nueva visión del entramado subatómico en donde los electrones están interconectados simultáneamente a todo el conjunto. Pauli se interesó por la cábala, Schrodinger por la filosofía indú, Heisinberg por Platón y N. Bohr, el más próximo a nosotros, por el Taoísmo, Budismo y en general por la filosofía oriental. 
El mundo científico se caía y con el todo el entramado tecnológico, apareciendo una humanidad más espiritual y comprometida consigo misma y su naturaleza (CIELO Y TIERRA), pero se venderían menos coches, petróleo, armas, televisores… 
Ante esa evidencia científica innegable se encontró una vía pseudo-científica que salvara los muebles y las poltronas. 
Los neo-científicos no eran sacerdotes, médicos ni sabios como los antiguos Maestros Taoistas, eran aprendices de Magia y concluyeron que todas las investigaciones obtenidas a nivel quántico habían sido efectuadas a nivel de laboratorio con partículas subatómicas muertas. En los entes vivos (paradoja inasumible) seguían operando las leyes de Newton y Descartes y por tanto la medicina, biología y bioquímica seguían el camino ya determinado anteriormente. 
Todo el mundo feliz y a seguir hacia adelante hasta la nueva revolución o la destrucción. Todos los hilos de la trama quántica nunca llegaron a confirmar un teoría coherente (no interesaba a la dinámica del sistema) y además había que vencer la inercia de la filosofía cartesiana firmemente instaurada en las aulas y laboratorios. 
Las implicaciones filosóficas y metafísicas se quedaron olvidadas o consideradas como meras anécdotas o curiosidades de la ciencia y la física quántica quedó reducida a una herramienta tecnológica importante para construir bombas y tecnología futurible y rentable. 
Lo mismo está ocurriendo con la Acupuntura y la Homeopatía, están perdiendo su esencia holística para pasar a formar parte de determinados protocolos de la medicina mecanicista como herramienta complementaria y no como medicina alternativa. 
Ya es hora de despertar y trabajar en el estudio de esa energía que nos interconecta con el Universo (EL CIELO Y LA TIERRA) y que grandes científicos post Einstianos, con envidiable currículum académico tratan, como describe Lynne Mctaggart,en su obra El Campo, de demostrarnos que existe ese nexo o campo Universal que nos une y que no solamente es una película de ciencia ficción como Avatar. 
Hoy en día ser un revolucionario científico es aproximase al suicidio profesional, por eso muchos valoran más la ciencia de la economía que la ciencia trascendente, al fin y al cabo piensan que todo va seguir siendo igual. Por más que con vista a la galería las Universidades proclamen su verdadero sentido de libertad en la investigación, el entramado burocrático y económico de individuos conformes con la visión ortodoxa son los que rigen etas instituciones. 
El sistema dota de medios y recursos a la experimentación práctica que repercuta en la creación de nuevos fármacos, tecnologías, etc. en vez de apostar por la innovación y estudio de alternativas independientes no supeditadas a intereses subyacentes. 
ASPECTOS FILOSÓFICOS 
Las posiciones encontradas entre los fundamentalismos religiosos y científicos y que llegado a ciertos extremos, pueden dar lugar a posiciones drásticas e intransigentes, tienen como causa esencial una filosofía de vida derivada de la creencia o no en un Dios o Ser Creador. 
Por supuesto que existen otros muchos factores socio-culturales y económicos que puedan exacerbar y radicalizar estas posiciones, pero no nos olvidemos que estamos ante un tema transcendental que afecta a lo más profundo del ser humano y que es la búsqueda de su identidad existencial. 
No en vano la MTCH dice que la características más importante del ser humano es la conciencia de existencia y la palabra, es el único ente vivo que posee esta característica, ello le permite adorar al entorno en forma de astros, animales …. (fase Mágica), a la conciencia de que todo está en conjunción con un Padre Creador Supremo (fase Religiosa), para desembocar más tarde, en la llamada fase Científica. 
El ser humano, supeditado durante miles de años a la tiranía religiosa, ha buscado respuestas que le permitan liberarse de ese yugo histórico buscando, a través del conocimiento científico, una respuesta que le lleve a la verdad basada en el raciocinio, desligándose de la Magia y la Religión. 
Una visión panorámica a la historia de la filosofía occidental a partir del siglo XVIII nos permite apreciar que la mayoría de los debates que han tenido lugar en ella reproducen siempre una misma y manida controversia entre el materialismo y el idealismo o lo que es lo mismo o entre los empiristas y racionalistas. 
Estas dialéctica aparecen en todas las combinaciones imaginables y con ropajes nuevos, pero en el fondo el esquema se repite como un Tao Platón-Aristotélico. 
El materialismo encontró un hueco por el colarse a partir de la Reforma, se puso de moda en la Revolución Francesa que buscaba una justificación filosófica ante un bruco cambio de dirección de la milenaria historia. Encontró el apoyo de toda la pléyade de nuevos “científicos” que propusieran argumentos verosímiles que permitieran desbancar dicha tiranía. Aparece Darwin como prototipo de los oportunistas históricos que aprovechando la coyuntura se apuntaron al carro de la Reforma, impregnando de ateísmo el mundo de las ciencias. En la actualidad una ciencia totalmente ateizada por una ortodoxia académica fundamentalista, trata de llegar a la verdad del ser humano a través de las neurociencias. 
La inmensa mayoría de los neo científicos de esta época (Mach, Nietzche, Freud, etc.) estaban muy supeditados al mecenazgo de las diferentes monarquías centro europeas en que se fragmentó del Imperio Austro-Húngaro, una vez debilitada la influencia religiosa Papal con la caída del Sacro Imperio Romano Germánico. 
La fragmentación en “reinos de taifas” de lo que fue un bloque monolítico controlado por el Papa creo una serie de Monarcas Mecenas que apoyaban cualquier tesis o investigación dirigida a debilitar los postulados religiosos, aun presentes en el pueblo, para dominar sin interferencias, hasta llegar al culmen del absolutismo reflejado en la célebre frase “el estado soy yo“ de Luis XIV.
La corriente idealista desbordada por la influencia de los nuevos científicos de la Ilustración, tuvo que quedar relegada a la metafísica. Seguidores como Kant, Heidegger, Hume, Schopenhauer, Wittgenstein, etc., entienden que el cerebro humano sigue unas pautas de tipo filosófico («filo»-amor; «sofía»-sabiduría) que superan a la biología y la neurobiología. Estas ciencias jamás podrán contestar a las preguntas de Kant: ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer?, ¿qué me cabe esperar? y ¿qué es el hombre?.
De Platón a Kant, de Hegel a Wittgenstein una ida se repite a lo largo de la historia de la filosofía: el mundo no es simplemente como lo percibimos como lo describimos. Hablando de formas, de cosas en si mismas o de propiedades esenciales, hay una realidad subyacente que puede no ser evidente por los sentidos* (Ton Butler Bowdon). 
David Bohm físico y filósofo, en “su obra la totalidad y el orden implicado”, expone la sólida tesis de que existen dos realidades: la implicada y la explicada. La segunda es ”el mundo real“ que podemos apreciar con los sentidos, pero ello no es más que el despliegue de una realidad más profunda que contiene toda posibilidad. En lenguaje simple podríamos concluir “lo que se ve es una pequeña parte de lo invisible”. Este, digamos holoconocimiento, es un todo continuo de realidad. Algo similar a la totalidad del Universo que habla Heráclito. 
Por ello y en base a un desarrollo simple y primario de las ciencias físicas, (que en la actualidad ya está de vuelta en muchas de esas ideas) y calmada la euforia de los nuevos descubrimiento, volvemos nuestros ojos hacia la magia y la religión, pues la ciencia no nos puede dar la verdad que buscamos. 
La humanidad actual está sufriendo un conflicto derivado de la existencia de dos posiciones filosóficas totalmente enfrentadas que trasciende la mayor parte de los convencionalismos sociales e incluso políticos. Se trata de llegar a poseer el conocimiento que nos lleve a la propia raíz del ser humano. La trascendente y eterna pregunta: ¿qué hacemos aquí, de dónde venimos, a donde vamos?. 
Y en esto llegó la filosofía oriental como un soplo de aire fresco que rompiera la dinámica de un enfrentamiento dialéctico enquistado en unas irreconciliables posturas propias de los juegos de poder de la rancia Europa. 
Los juntó en asamblea y se les dijo a todos que todos tenían razón, que la razón relativa de cada uno serviría para construir las bases para encontrar la razón verdadera. La unión es posible como un Tao donde uno se retroalimenta del otro a la vez que compiten y se oponen. La ley de opuestos y complementarios conforma la unidad que trasciende los límites de la razón entendida como la respuesta que propone el hombre ante los fenómenos sensoriales. 
Para un sector importante de la civilización Dios está por encima de la ciencia humana y cuyo paradigma está representado por la existencia de un Dios Creador. 
Por otro lado está el sector denominado científico, esencialmente ateo, que considera al ser humano producto de un proceso evolutivo en el tiempo. 
Dos posturas absolutamente enfrentadas que originan tensión y conflicto entre los fundamentalismos religiosos y las posiciones ultraortodoxas de ciertos sectores que se denominan científicos. 
La MTCH. a través de la filosofía de la armonía y el complemento, desarrollada mediante las enseñanzas de Lao Tsé, ofrece unas pautas filosófica que permitirán a unos y a otros, a los conspicuos científicos y los etéreos religiosos un posible ”encuentro de civilizaciones“. 
Me permito citar el principio básico del investigador a la hora de analizar los hechos: 
Existe una gran diferencia entre la verdad y la realidad. La mayoría de los científicos consideran la verdad fuera de su alcance y la realidad como una exposición de hechos observados y conclusiones probadas, siendo, por tanto, una verdad relativa. 
Por ello, se puede extender hasta el infinito el debate de una determinada realidad, sometida a múltiples interpretaciones en función del bagaje cultural, social, incluso genético, etc. del propio individuo. “Nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. 
A lo largo de la historia de la humanidad hemos observado y comprobado esa verdad relativa de una manera permanente ya que lo científico de hoy será incuestionablemente revisado y lo paracientífico será lo científico de mañana. 
Quizás por ello Heidegger, considerado el mayor filósofo del siglo XX, siguiendo la misma línea de pensamiento que Descartes, Kant, Kierkegaard, B. Pascal y Sartre, entre otros, un poco ya de vuelta de la línea ortodoxa impuesta por la Ilustración, toman una aptitud más sincrética templando las gaitas entre las corrientes idealistas y materialistas determinando: “la existencia del ser humano es un misterio y la persona autentica es la que reflexiona sobre ese misterio sin por ello dejar de vivir en el mundo real”. “La confianza total en una realidad absoluta o espiritual no es una debilidad, sino la más alta expresión de vida”.
Por ello siempre hemos considerado e insistido en que la filosofía de hoy fue un ciencia pretérita y la ciencia de hoy una línea de pensamiento creadora de una filosofía del futuro. El verdadero conocimiento es la unión de ciencia y filosofía es una Tao inseparable, aparentemente contradictorios pero esencialmente complementarios, es el camino a través del cual podremos encaminarnos hacia esa verdad que atrae al hombre como una necesidad vital y trascendente. 
Las condiciones personales de un científico, conocedor de esa realidad, serán la humildad, honestidad, altruismo y una mentalidad abierta que le permitan aceptar otros paradigmas y líneas de pensamiento. 
No es menos científico el creyente en un Dios Creador que el seguidor de Darwin. Ambos buscan esa verdad en la que probablemente pueden coexistir como lo demuestra la sabia y milenaria cultura China cuando nos haba de LAS DENOMINADAS ENERGIAS DEL CIELO ANTERIOR, esto es, la YUAN (anterior a la existencia de los seres vivos) y la ZHONG (heredada del ancestro). 
LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA.
LA ENERGÍA YUAN.
LA ENERGÍA CREATIVA – LA ENERGÍA ORIGINAL – EL SOPLO DE VIDA – EL T´CHI WU O EL ORIGEN DE LOS CINCO REINOS MUTANTES Y LOS 10.000 SERES – EL ALMA O ANIMA CONSIDERADA ESTA COMO LA ENERGÍA QUE PERMITE LA SUPERVIVENCIA DEL ENTE VITAL. – EL COMPONENTE INVARIABLE (YIN) DEL TAO DE LAS ENERGÍAS DEL CIELO ANTERIOR – EL ANDROTIPO – LA ESPECIE. 
Es un término que se traduce por Origen (Yuanqi) o Principio (Yuanze) y que la filosofía Taoísta y en general la cultura oriental, la define como la Energía que permitió la mutación de materia inanimada o inerte en animada o vital. El soplo de vida que originó la primera de las reacciones químicas que, en cadena, originan una entidad vital. 
En un artículo de la Revista Science en Julio 2010 y posteriormente, dada su trascendencia, en todos los medios de comunicación, apareció la noticia del logro científico realizado por el Dr. Venter (paradoja de vientre gestante) en unos laboratorios norteamericanos y que le permitió crear la primera célula con genoma sintético. Su experimento consistió en insertar en una célula de un microorganismo el genoma sintético de otra célula y así obtener la primera célula vida de síntesis. A partir de ese momento y hasta el día de hoy se siguen publicando artículos sobre este método y modificaciones posteriores en otras revistas científicas. 
Ya tenemos la creación de vida por un hombre de principios del siglo XXI y que probablemente, sería un pequeño aprendiz de los científicos del siglo XXII que a su vez estarían a años luz de una inteligencia capaz de ordenar el Universo con una asombrosa exactitud y orden, el verdadero poseedor de la verdad absoluta. 
Por ello y siguiendo con la lógica y la sabida limitación del ser humano, es de sentido común que haya personas profundamente convencidas de la existencia de esa inteligencia capaz de dar el “soplo de vida” o energía creadora que permitió la mutación del “barro en hombre“. Todos estamos compuestos de materia que organizada y dinamizada se transforma en materia orgánica mientras exista la energía necesaria para impulsar las reacciones bioquímicas. 
Al igual que la llave de contacto provoca el primer chispazo de la bujía de un motor de explosión e iniciar, con ello, un proceso autónomo de actividad dinámica mientras haya combustible y oxígeno, en los seres vivos acontece exactamente lo mismo mientras haya glucosa y oxígeno y un medio en donde se realice la combustión. 
La realidad evidente es que el ser humano posee unas características psico-somáticas diferentes al resto de los seres vivos inducidas por un patrón energético propio e intransferible a otras especies y que le permiten desarrollar los tres grandes y exclusivos atributos de la especie humana: palabra, conciencia de existencia e inteligencia y con ello garantizar su supervivencia. Su energía se dirige prioritariamente a ese patrón energético representado por el eje Corazón-Cerebro y que utilizando términos vietnamitas le llamamos THÀN y que en MTCh. clásica le llaman el SHEN primordial. 
Es por ello que al ser humano se le denomine el Ente Fuego y que el Corazón domina la Mente. Esta oración que hace muy poco tiempo desencadenaría la risa de muchos biólogos, médicos y científicos, en la actualidad está mereciendo la atención sobre todo en el campo de la neuro-ciencia y no tardará mucho en considerarse como una hipótesis muy interesante de trabajo e investigación. 
Para la MTCh. el corazón es el que envía las órdenes para que el sistema neuroendocrino se ponga en marcha; por ejemplo, en los estados de alerta, stress, emotividad, etc. A nadie le inyectan testosterona en vena cuando se le despierta la libido, ni adrenalina cuando existe una alarma vital. Según la MTCH. las energías emocionales penetran en el organismo a través del punto 17 RM (Shangzhong) o centro torácico para interactuar con la función cardiaca a través del Pericardio energético o Maestro de Corazón. 
El corazón gobierna al cerebro, no es al revés como teníamos entendido y nos enseñaban hasta ahora. Desde la antigüedad se decía que el Corazón era la morada del espíritu humano y que su energía (Thân) dotaba al ser humano de un extraordinario potencial que le permite desarrollar la conciencia, sabiduría, inteligencia y verbo. Se ha descubierto que el corazón tiene su propio sistema nervioso bien desarrollado y diferenciado compuesto por decenas de miles de neuronas con una compleja y abundante red de neurotrasmisores y células de apoyo. Gracias a este abundante parénquima neurológico y bioquímico el corazón puede tomar decisiones propias independientes del cerebro (en lo que a cuestiones emocionales se refiere). Existen una serie de conexiones que desde el corazón llegan al cerebro: A) Neurológica. El corazón a través de neurotrasmisores, envía más información que la que recibe, es el único órgano que tiene esa propiedad y puede inhibir o activar determinadas áreas cerebrales en función de las circunstancias influyendo, por tanto, en nuestra percepción de la realidad y en nuestras reacciones ante el factor de relación humana. B) Bioquímica. Mediante la producción de diversas hormonas como la oxitocina, conocida vulgarmente como la hormona del amor cuyo fin fundamental es inhibir los cuadros de estrés entre otras muchas funciones relacionadas con los procesos de la procreación. C) Biofísca. El corazón del ser humano emite un campo electromagnético mucho más potente que el resto de los órganos, unas 5000 veces más potente que el del cerebro. Este campo es muy sensible emocionalmente perturbándose ante un factor negativo como el miedo, estrés, obsesión, preocupación, etc. y se armoniza con el amor. D) Energético. El corazón tiene conexiones energéticas vehiculizadas a través de los meridianos de acupuntura con la extremidad cefálica, independientemente de las conexiones a través del meridiano principal y sus colaterales. El campo electromagnético del C. alcanza una radiación periférica de entre 2 a 4 metros eso permite captar influjos en la proximidad aún sin mediar la comunicación oral. Se deduce que el pericardio primero, como filtro previo y el corazón luego, como ejecutor, reciben la información que después envían al cerebro. Es el «toque de distinción» del ser humano. Las variaciones de la frecuencia cardiaca están en relación muy directa con las emociones. Cuando estas son positivas las ondas son amplias y regulares. Cuando son negativas son desordenadas e irregulares (¿virtudes y vicios teologales?). Las ondas cerebrales se resincronizan inmediatamente con las del corazón. Eso significa que es el corazón el que controla al cerebro. «El cerebro del corazón» activa y controla «el cerebro de la cabeza». Este «nuevo concepto» es uno de los fundamentos de la MTCh. La conclusión es que el amor no es una emoción sino un estado de conciencia inteligente. Cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado biológico armónico, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas cuya máxima expresión y compendio final es el amor. Estos circuitos se activan y se potencian cuando dejamos hablar y hacer al corazón unido al cielo. Cultivar el silencio, periodos de soledad y meditación, vivir en un medio natural, sencillez y frugalidad. Esto es lo que nos dice la historia de los grandes «cardiólogos», como Buda, Mahoma, Jesucristo, etc. Preguntemos al corazón (Xin) y a su espíritu (Thân) cuando no sepamos que hacer. «En el corazón se aloja el alma y es la morada del espíritu». (*). 
Ese patrón energético denominado THÂN dota al individuo de las características descritas de verbo, conciencia existencial e inteligencia, dirigiendo sus energías prioritariamente al eje corazón-cerebro. Sin embargo en otros entes el patrón energético se dirige al estímulo de otros órganos y sistemas que le permitirán la supervivencia en un mundo plural, diverso, dinámico y competitivo. Ello genera los denominados cinco patrones de entidades vitales o cinco reinos mutantes. 
En estas grandes especies la energía Yuan les dota de una capacidad sensorial que les permite la supervivencia dando lugar a los YUAN SHEN QI específicos para cada uno de los cinco órganos. Traducido a una energía original (YUAN) que dota a su poseedor de unas determinadas características sensorias (SHEN QI o PSICO-SÓMATICO) ya que sabemos que los sentidos no solamente son aspectos somáticos sino también psíquicos. Y así tendremos los cinco patrones. 
* NOGUEIRA PEREZ, ALVAREZ MARTINEZ, ALABAU ESCOLANO, SIPKO GONZALEZ – Dificultades interpretativas de la MTCH. Ediciones CEMETC VALLADOLID ESPAÑA 2012
EL REINO FUEGO (YUAN SHEN QI THÂN) regido por el Corazón (XIN) representado por el ser humano y que ya hemos desarrollado. 
AL REINO MADERA (YUAN SHEN QI HOUN) representado por la aves. Su alma (ánima o movimiento animado o vida) está en el Hígado (GAN) que rige los ojos y la visión y por ello pueden sobrevivir. 
EL REINO AGUA (YUAN SHEN QI ZI) representado por los peces y los animales subterráneos. Su alma está en el Riñón (SHÉN) que rige el oio y la audición y por ello pueden sobrevivir. 
EL REINO METAL (YUAN SHEN QI PO) representado por el mundo animal terrestre. Su alma está en el Pulmón (FEI) que rige las narices y el olfato y por ello pueden sobrevivir. 
EL REINO TIERRA (YUAN SHEN QI YI) representado por el mundo de los insectos. Su alma está en el Bazo Páncreas (PI) que rige la boca y el gusto y por ello pueden sobrevivir. 

Estos grandes patrones o prototipos del cielo, el mar y la tierra, llamados filosóficamente los cinco reinos mutantes, a lo largo del tiempo, desarrollan capacidades adaptativas al medio generando los diez mil seres o infinitas formas en que una especie puede producir diferentes razas, pero conservando prioritariamente su energía Yuan o capacidad sensorial propia e intrínseca. 
En mi opinión, a Darwin le sobró el plural en su teoría sobre la evolución de las especies. 

LA ENERGIA ZHONG 


LA ENERGÍA HEREDADA – LA ENERGÍA ANCESTRAL – LA ALQUIMIA DEL EMBRIÓN – EL URANIO BIOLÓGICO – LA ESENCIA (JING) ADQUIRIDA – EL COMPONENTE VARIABlE (YANG) DE LAS ENERGÍAS DEL CIELO ANTERIOR – EL FACTOR ADAPTATIVO – EL ASPECTO EVOLUTIVO – EL GENOTIPO – LA RAZA 
Una vez establecidas las características existenciales del ser humano a través de la acción de la energía YUAN, éste necesita una economía energética que le permita afrontar los gastos propios de una existencia sometida a continuas agresiones de un medio en muchas ocasiones hostil tanto en el campo medioambiental como en el plano de relación social (Homeostasia). 
La primera energía que se forma con ese fin es la denominada energía ZHONG, es la energía más importante del ser humano ya que es la garantía de pago biológico y la que impedirá la inanición en caso de un gasto fuero de lo habitual. Mientras haya energía Zhong hay vida. Conservar el Zhong es la búsqueda de la inmortalidad a lo largo de los siglos, desde la Alquimia de la Inmortalidad de los Maestros Taoístas en su afán de preservar la vida del Emperador hasta el Licor de la Vida del Campo de Cinabrio de los alquimistas modernos, pasando por las leyendas de la edad media con el santo Grial, el Arca de la Alianza, etc. 
Cuando nos referimos a la ingente cantidad de energía alquimizada en sustancia medular en suprarrenales, acaecida durante el embarazo, no nos referimos solamente a la energía replicada en cada mitosis (0.2 a 0,09 Ev.) que en realidad es su aspecto cualitativo o vibracional, sino y sobre todo, por su aspecto cuantitativo, a las energías que intervienen durante en todo el proceso de formación embrionaria y que la sabia naturaleza sobredimensiona con el fin de garantizar la supervivencia y protección del embrión. La energía de la sangre (la sangre transporte la energía TONG o torácica una de las variantes del JING ADQUIRIDO, la energía defensiva interna (WEI YIN) encargada de estimular todo el sistema inmune, la energía Qi de cada órgano y la energía SHEN de la madre se concentran en T´CHONG MAI responsable de la nutrición y protección fetal. 
Es tal la concentración de energía a ese nivel que tiene que existir un mecanismo interno (alquimia del embrión) capaz de transformar la energía en materia, generando un reservorio materializado en médula suprarrenal. 
Es por ello que en algunas ocasiones la demanda del embrión absorbe y agota las energías de la madre apareciendo la astenia sobre todo después del parto, la depresión paliada, en parte, por el sentimiento maternal y otras múltiples enfermedades carenciales como anemia, osteoporosis, diabetes, etc. 
Durante los nueve meses de embarazo el feto está recibiendo los aportes de los órganos internos en forma de QI ZAHANG que es el factor variable de la personalidad o fenotipo. 
Existe una energía resultante de la combinación de la energía ZHONG con el QI WU ZHANG (el QI de los cinco órganos) llamada JING SHEN que se forma en el MIGMEN o RIÑON YANG o acumulador humano representado por las glándulas suprarrenales como depositarias del uranio biológico (médula suprarrenal) y por las cortezas suprarrenales como depositarias del excedente adquirido. 
Se forma pues la siguiente ecuación: ZHONG + QI WU ZHANG = JING SHEN y en donde observamos que el ZHONG es el componente invariable o genotipo y QI WU ZHANG sería el variable o fenotipo, ya que el QI de los órganos se forma a partir de los influjos externos de tipo geográfico, medioambiental, cultural, dietético, etc. 
Esta energía que dota al individuo una impronta de personalidad o comportamiento dentro de su medio de relación humana, que vendría a traducirse por personalidad esencial o instinto básico, es la energía precursora de la energía SHEN de cada uno de los cinco órganos al reaccionar posteriormente con el QI específico de ellos. 
La energía Zhong se convierte pues en el factor invariable (genotipo) con respecto a la personalidad del individuo y variable (raza) con respecto a la energía Yuan (especie). 
Por ello es tan importante tener en cuenta siempre el patrón comparativo y el contexto para determinar la clasificación de Yang o Yin. Por ejemplo, la cabeza es yang con respecto a tórax y sin embargo la nariz pasa a ser yin con respecto a la frente. 
El Zhong dotará al individuo de energías que le permitan realizar procesos bioquímicos tendentes a cubrir la primera exigencia biológica jerarquizada (el primer mandato) que es la supervivencia. 
La supervivencia está relacionada con los agentes climatológicos y medioambientales ya que la estructura anotomo-física sufrirá modificaciones que le permitan la adaptabilidad al medio (color, estatura, tipo, pelo, etc.). 
Ello con el tiempo provocara un proceso evolutivo de tipo morfoestructural (LA RAZA). ULTIMA REVISIÓN 30-12-2015 A LAS 20 H.